Por Omar Morales
En algún momento de este 2018, en una emisión de La Oveja Eléctrica del Canal 22, me enteré que el CINVESTAV (Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional), en conjunto con el CONACyT (Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología) y el COMECyT (Consejo Mexiquense de Ciencia y Tecnología) crearon ABACUS, el Laboratorio de Matemáticas Aplicadas y Cómputo de Alto Rendimiento en el cual se encuentra ABACUS I, la supercomputadora más potente de Latinoamérica, al menos hasta febrero de 2018 lo era. De acuerdo con la información del programa, esta supercomputadora tiene un rendimiento neto de 429 Teraflops, que en términos muy simplistas significa que puede ejecutar 429 trillones de operaciones matemáticas de punto flotante por segundo; una analogía que se usa en el mismo programa es que su poder de cómputo equivale al de 25,000 laptops funcionando simultáneamente. El edificio que alberga el Laboratorio tiene un diseño muy vanguardista que, según palabras del líder del proyecto Isodoro Gitler, fue diseñado matemáticamente; y es en realidad impresionante su vista desde la carretera México – Toluca.
El uso que se le da a esta supercomputadora es loable y, siendo egresado del IPN, me parece excelente que exista este tipo de infraestructura para la investigación científica, que el uso de computadoras tenga este fin; sin embargo, el tener una supercomputadora en el CINVESTAV no ha hecho a esta institución más ágil, y no es que sea ese el objetivo de tener una supercomputadora, pero el tener ese tipo de equipo debería ser un punto de inflexión para mover a toda la institución hacia el uso de las TI. ¿A qué me refiero con esto? Al hecho de que una institución que tiene una supercomputadora no debería pedir a sus proveedores llevar las facturas de sus productos o servicios IMPRESAS. Ahora, este podría ser el menor de los males, finalmente podría justificarse como un soporte o para tener un archivo de consulta, el problema es que la VALIDACIÓN QUE SE OBTIENE DEL SITIO WEB DEL SAT TAMBIÉN DEBE LLEVARSE IMPRESA. En el primer piso del edificio marcado en el mapa de su página como Coordinación de Relaciones Internacionales/Servicios Escolares y becas de las instalaciones de Zacatenco, en la ventanilla de recepción de facturas, está la lista con los requisitos para que cualquiera pueda corroborar esta información.
Lo que este tipo de solicitudes revela es la falta de procesos tecnológicos para la recepción y validación de facturas, el uso intensivo de papel, junto con la cantidad de tiempo que se requiere y problemas que esto genera (traspapeleos, perdidas, reimpresiones al presentar correcciones, copias para tener acuse de recibo firmado, etc.), en fin, los típicos problemas que las organizaciones tienen cuando la inversión en tecnología para los procesos de backoffice se considera un gasto superfluo. ¿Qué tanto puede afectar al CINVESTAV esta situación? O, de manera directa, ¿Podría afectar esto al uso que se haga de la supercomputadora Abacus? Es probable que si, sobre todo si los otros procesos administrativos funcionan también de esa forma, como la generación y revisión de presupuestos, la generación y aprobación de órdenes de compra, los procesos de recepción de servicios y productos.
¿Por qué debe preocupar en general este tipo de comportamiento en las organizaciones? Existe un término llamado brecha digital que representa la separación que existe entre las personas que utilizan las Tecnologías de la Información y Comunicación como una parte rutinaria de su vida diaria y aquellas que no tienen acceso a las mismas y que, aunque las tengan, no sabe como utilizarlas. El término está enfocado a las personas, y en el caso de México se puede medir de alguna forma con la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares que realiza el INEGI y, de acuerdo con estos datos, a pesar de que hay mayor penetración de las TIC en la vida de los mexicanos, la brecha existe y en algunos casos no se ha reducido. Un estudio enfocado a la brecha digital existente en las organizaciones puede encontrarse en el estudio Perspectivas de la OCDE sobre la Economía Digital 2017, en el cual se encuentran datos como los siguientes (fuente: ANTAD:
- El uso de internet para asuntos de negocios entre PyMEs es de 77 por ciento, mientras que para grandes compañías es de 98 por ciento.
- Las empresas mexicanas en promedio son las que menos usan internet, ya que en total sólo el 79 por ciento de las compañías están conectadas a la red.
- En promedio, sólo el 41.5 por ciento de las compañías tienen un sitio de internet propio, lo cual es muy bajo respecto al promedio OCDE, que es de 77 por ciento.
- Entre los países OCDE, México es el país donde las empresas menos usan internet para hacer negocios
En resumen, las empresas en México podrían estar haciendo negocios más lento y con menos visibilidad que en el resto de los países de la OCDE, para el caso de las instituciones de gobierno, su atención sería también lenta hacia los ciudadanos y con la necesidad de presencia física para realizar trámites. Ahora, ¿cómo medir la brecha digital interna en las empresas y la forma que afecta a estas? ¿Cómo afecta a las empresas que tienen sitios en internet y usan este medio para hacer negocios el que algunos procesos internos, sustantivos o no, se lleven a cabo con poco o nulo uso de la tecnología? ¿Qué tanto afecta a los investigadores del CINVESTAV el que los procesos administrativos funcionen como funcionan hoy? Un ejemplo de estas afectaciones, y que puede dar una idea de que puede ser demasiado arriesgado tener esta brecha digital interna, es el siguiente anécdota que me relataron en un proyecto: una empresa multinacional establecida en México tuvo que enfrentar una demanda por el uso de cierta información en la publicidad de uno de sus productos, como parte del juicio se le solicitó información al respecto, al no ser información reciente, el área jurídica va a su archivo histórico a buscar la información. El archivo histórico está ubicado en un almacén del Estado de México integrado por algo así como 400 cajas, el personal del área jurídica son 5 personas, a pesar del esfuerzo realizado no pudieron cumplir con la fecha límite para la presentación de la información, la empresa pierde la demanda y debe pagar una indemnización y además cambiar la publicidad generada, las perdidas se estimaron en millones de dólares.
Ojalá y algún proveedor no cancele un servicio de mantenimiento a la supercomputadora o el envío de alguna refacción al CINVESTAV por la pérdida de una factura o alguna situación similar que se puede dar por el manejo del papel.